viernes, 7 de octubre de 2016

Una mente brillante no trae más felicidad a los niños, dice neuropsicólogo

El experto español, autor del libro "El cerebro del niño explicado a los padres", parte de la idea de que el cerebro se divide en tres partes - una más instintiva, una más intelectual y otra más emocional.

Ahora los primeros años del niño son los más importantes para el desarrollo de la parte emocional; es aquí que el progreso en la autoestima, la confianza en uno mismo y la relación con los demás, en primer lugar, con los padres.

Alvaro Bilbao toma el ejemplo del aprendizaje de idiomas, empezando por admitir que es más fácil de aprender chino o inglés al principio de los años. Sin embargo, las lenguas extranjeras se pueden aprender más tarde, pero el desarrollo de la autoestima, la imaginación, el afecto y buenas conexiones deben ocurrir en aquellos primeros años o después puede ser demasiado tarde.



"Los primeros años de un niño son al cerebro emocional, no cerebro racional o intelectual," dice neuropsicólogo.

El experto reconoce que en la actualidad se habla mucho de la inteligencia emocional, pero cree que se actúa sólo de acuerdo a lo que ya se sabe: "Cuando a una escuela va un niño sin amigos o sufre la persecución de los compañeros, la escuela sigue adelante, sigue la tarea material y los exámenes, pero no para resolver este problema emocional ".

Patrón similar se puede ver en los padres, que ponen interés en las notas que un niño alcanza, pero no les importa mucho si es bueno con sus compañeros o si tiene un compañero que siempre está solo o aislado.

En el libro, el autor sostiene que la mayoría de los padres dedican muchos esfuerzos a la formación académica, ya que están convencidos de que "una mente brillante abrirá todas las puertas que pueden llevar a una persona a ser feliz".



"La idea de que un desarrollo intelectual más alto proporciona mayor felicidad es totalmente equivocado", dice.

La clave para entender mejor las explicaciones del neuropsicólogo puede estar en la ausencia de correlación entre la capacidad intelectual y la capacidad emocional. Y al autor, la prueba es que hay muchas personas con grandes carreras de éxito y lleno de capacidades intelectuales no tienen empatía, sufren de estrés crónico y no pueden encontrar la felicidad.

El experto dice que la inteligencia emocional y racional se encuentra en muy diferentes áreas del cerebro, que son independientes.

Pero la ciencia de la inteligencia emocional es reciente, era desconocida para la generación que ahora juega el papel de los abuelos o bisabuelos y poco se transmite a los padres actuales, que trasmiten todavía un vocabulario muy emocional.

Alvaro Bilbao defiende la importancia de permitir que los niños expresen sus emociones, comprender y conocer el nombre: "Si quiere llorar pues que llore. No podemos decir, deja de llorar. Debemos tratar de comprender lo que es la razón por la que le hace llorar, que identifique y entienda ".
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