El demonio de Laplace
En un momento en que la ciencia se ha visto prosperar debido a varios avances sobre todo en la mecánica de Newton, la idea de que el universo se rige por las leyes estables y capaces de medir y predecir fue muy respetada y aceptada, entonces Laplace conjeturó lo siguiente: Si un intelecto conoce el estado de todas las partículas del universo (como su velocidad, posición, masa y carga eléctrica), en este estado, el pasado y el futuro ya no serían un misterio para él, el futuro podría predecirse tanto como el pasado. A este ser se refiere con el término Demonio de Laplace.
"Consideramos el estado actual del universo como resultado de su pasado y la causa de su futuro. Si un intelecto en un momento dado es consciente de todas las fuerzas que ponen el movimiento en la naturaleza, y la posición de todos los elementos de la naturaleza, que la componen, y que el intelecto es suficiente para enviar estos datos a un análisis grande, que incluiría en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y también el más pequeño átomo; para tal intelecto nada podría ser incierto y el futuro al igual que el pasado, estaría dentro del alcance de sus ojos. "- Pierre-Simon Laplace
La posesión de todas las variables del Demonio de Laplace que determinan el estado del universo en un instante t, se puede predecir su estado en el momento t '> t, donde t es el tiempo, sin embargo, su existencia no sería físicamente posible para el cerebro (o equivalente) del Demonio de Laplace porque deben ser mayores que el universo entero para almacenar toda la información necesaria, incluso si podría almacenar unidades de 1 bit con longitudes próximas a la longitud de Planck 1,6 x 10 ^ -35m; como la velocidad máxima a la que sería posible la propagación de información es la luz, las operaciones de cálculo no se llevaron a cabo a tiempo. Además, ciertas características de la física moderna, como probabilística y el principio de incertidumbre, finalmente dan un poco de pensamiento determinista ortodoxo, es decir el Demonio de Laplace nació exorcizado de nuestra existencia.
